Su alta concentración de sustancias azufradas ha dado resultados positivos en el tratamiento de la caída excesiva y otros trastornos comunes como la caspa. Una de estas sustancias presentes en el ajo es la alicina, un compuesto de azufre. En primer lugar, es un antibiótico natural que ayuda al cuerpo a eliminar los gérmenes y evitar que se reproduzcan. Además, la alicina facilita la distensión de las membranas celulares vasculares, disminuyendo de este modo la presión sanguínea y favoreciendo la circulación.